viernes, 6 de julio de 2007

Hoy toca Pelu

Sí, aburrido lector. Hoy Me ha tocado. Hoy un hombre me ha sobado la cabeza, me ha puesto unas tijeras a 4 centímetros de las orejas y me ha trasquilado como a un cordero lechal. Y todo eso ¿Por qué?. Para empezar por unos 10 euros (sin mechas ni reflejos ni chorradas: "CORTA"). El calor, el aburrimiento y la presión social han hecho que mi magnífica futura melena se haya quedado en el suelo de una peluquería... perdón, de un "salón de estética e imagen", que es lo que se lleva ahora. He de reconocer que llevaba mucho, mucho tiempo sin pisar uno de estos centros de tortura disfrazados de modernidad, y juro que pasará muuuucho más antes de que vuelva a hacerlo.
Sin embargo desde mi eterna ignorancia y falta de experiencia peluqueril he podido diferenciar tres tipos de peluquerías "base": La marujil, la cañí y la modernilla. Reconoceréis la primera por sus paredes llenas de posters (muchos de ellos de los años 80) de modelos y carteles de productos de todo tipo. Está disfrazada de centro unisex, pero no os dejéis engañar; si un hombre entra ahí estará más perdido que Wally en el Calderón. Marujas con la manicura, marujas con el pelo envuelto en papel de plata, marujas esperando, marujas hablando... y yo en el centro, deseando salir corriendo. Como parte del disfraz unisex se han molestado en facilitar lectura al sector masculino: revistas Man, FHM... entre las miles de "Hola, Lecturas, Semana...
Pero ¡Ay! de ti si se te ocurre echarles un vistazo, porque serás recriminado, juzgado y fulminado por las miradas marujiles que te tacharán como mínimo de obsceno y viciosillo.
Las peluquerías cañís son las Barberías de toda la vida, con sus barras rojas y azules en la puerta y el cartel del año de la comunión de Franco. Siempre...SIEMPRE la llevan dos hombres mayores que SIEMPRE están a punto de jubilarse. Aquí no hay que pedir hora ni anticipar lo que querrás hacerte; es mas, se pondrán a cortar sin preguntarte cómo lo quieres... todo un clásico. ¡Ah! y pobre de ti que no te mires los Intervius que tienen desparramados por la mesa (de cuando Carmen Sevilla era la chica de la semana y Sara Montiel enseñaba sus saritas). (ecs)
Hoy me he atrevido a entrar por primera vez en un salón-estético-integral-ultramoderno-asesoríadeimagen. ¡Qué cambio! Música chill out, butacas pop art, espejos hasta en el techo (¡!), chicos de negro con el pelo rosa, chicas de rosa con el pelo verde... porque una cosa es que a algún peluquero se le vea un poco la plumilla, pero esto era una mani del orgullo gay bajo techo. ¡Eh! y nada que objetar... ¡una educación! ¡una profesionalidad! totalmente recomendable... para los que estéis en Barcelona os dejo la dirección, en serio, un 10.
El caso es que la peluquería, o como se llame es como un ascensor pero a lo bestia (¿He de hablar? ¿Dónde miro?) pero con un tío o tía dando vueltas a tu alrededor y pelo cayendo de todas partes.
Acabaré diciéndole algo, amigo lector, que me ha hundido al salir con mi nuevo look, y que se convertirá en máxima de mi vida desde este momento, y es que este ignorante ha tenido una revelación: TE DAS CUENTA DE QUE TE HAS HECHO MAYOR CUANDO TE CORTA EL PELO ALGUIEN MÁS JOVEN QUE TÚ.
... y yo con estos pelos.


On Line. Saló Unisex.
Carrer de Sants 97, bxs.
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