No deja de llamarme la atención los premios que la Cadena Ser otorga cada año. Sí, informado lector, hablo de los premios ONDAS.
Pero a este Ignorante, que ante todo se declara fiel seguidor de la emisora (... la de los goles, la de la emoción, la del espectáculo, la clásica, la veterana, la única...) no deja de intrigarle el hecho de que una emisora de radio, parte de un todo llamado Prisa, que cuenta además con prensa escrita y canal de televisión, premie principalmente a programas radiofónicos y televisivos. Sí, es cierto que además optan a premio músicos y campañas de publicidad (¿con contrato en sus medios?) entre otros, pero no deja de parecerme algo así como un reconocimiento, llámele "Empleado del mes", un mirarse al ombligo de la comunicación. Disimulando... claro, no sea que se les vea demasiado el plumero, así que hay premios que caen en la competencia (qué enrollados).
Pues bien, tras meditarlo seria y profundamente su amigo el Ignorante ha decidido otorgar los PREMIOS MONDAS 2008 en similares categorías. Durante los próximos dias (tal vez semanas) los integrantes de la familia Ignorante se reunirán en torno a una mesa de Ikea con un aprovisionamiento de BollyCaos, CocaCola, Panchitos y DogChow para decidir quiénes serán los grandes vencedores de este primer certamen.
¡Cuánta responsabilidad! amigo lector. ¿Quién sabe? Tal vez me autoadjudique un Mondas...
jueves, 20 de noviembre de 2008
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Diario de un Parado (II)
Déjeme ocupado lector que comparta una verdad indiscutible con usted: El desempleo es como los Donettes; te salen amigos (y familiares) por todas partes.
Cuando se deja un horario, una rutina, unas actividades repetidas durante días, semanas, meses o años, uno se replantea muchas cosas, porque al estar ocupado haces las cosas cuando puedes, pero con la "libertad" de horarios del desempleado uno se plantea muchas cosas...
"Si voy a comprar a esta hora encontraré menos gente", "Puedo ir al banco de camino al otro sitio y así gano tiempo", "Si dejo haciéndose la comida aprovecho y hago lo otro"... y de esta manera uno economiza el tiempo de manera asombrosa...
Y este es el problema, que uno estará "parado" pero no "quieto", pero los allegados no comparten esta visión, y le aseguro que no hay nada que más rabia dé que alguien diga: "Ahora que tienes tiempo podrías ayudarme a..." o "Ahora que no haces nada por qué no me acompañas a..."... ¿QUE NO HAGO NADA?
Ahora que "tengo tiempo" me ocupo de poner al día todos los asuntos personales y domésticos (que si la ITV,bancos, obras, compras, líos vecinales...), sin contar con los trámites por los que uno ha pasado y debe pasar y lo más importante: LA BÚSQUEDA DE EMPLEO.
Pero eso, amigo... eso es otra historia
Cuando se deja un horario, una rutina, unas actividades repetidas durante días, semanas, meses o años, uno se replantea muchas cosas, porque al estar ocupado haces las cosas cuando puedes, pero con la "libertad" de horarios del desempleado uno se plantea muchas cosas...
"Si voy a comprar a esta hora encontraré menos gente", "Puedo ir al banco de camino al otro sitio y así gano tiempo", "Si dejo haciéndose la comida aprovecho y hago lo otro"... y de esta manera uno economiza el tiempo de manera asombrosa...
Y este es el problema, que uno estará "parado" pero no "quieto", pero los allegados no comparten esta visión, y le aseguro que no hay nada que más rabia dé que alguien diga: "Ahora que tienes tiempo podrías ayudarme a..." o "Ahora que no haces nada por qué no me acompañas a..."... ¿QUE NO HAGO NADA?
Ahora que "tengo tiempo" me ocupo de poner al día todos los asuntos personales y domésticos (que si la ITV,bancos, obras, compras, líos vecinales...), sin contar con los trámites por los que uno ha pasado y debe pasar y lo más importante: LA BÚSQUEDA DE EMPLEO.
Pero eso, amigo... eso es otra historia
Diario de un Parado (I)
"Parado", nefasta palabra, tal vez por la inmovilidad que denota, paralelismo de la muerte laboral, tal vez social, paria en un mundo regido por horarios y finales de mes marcados en rojo en el calendario. Llamémoslo "Desocupado", aunque este término tampoco refleja una realidad tan compartida en los tiempos que corren... "Desempleado" se acerca más.
Sí, comprensivo lector, el que suscribe ha pasado a engrosar las listas que unos partidos políticos se lanzan a la cabeza a otros cual fulgurante obús tierra-aire. Pero no se preocupe, como Ignorante pero curioso aprovecharé para describirle los trámites, sensaciones y anécdotas que alguien en mi estado debe vivir.
En primer lugar déjeme disculparme por el olvido en que este humilde blog ha sido archivado, pero si empieza a conocerme sabrá que soy hombre de extremos, desecho los grises. Lo que trato torpemente de decirle es que he pasado del blanco inmaculado del pluriempleo al desesperante negro del paro... perdón, del desempleo.
Lo primero que como buen desempleado hay que hacer es cumplir con todos los trámites para ingresar en este cada vez más abarrotado club, y aunque siempre me he encontrado con unos funcionarios comprensivos y eficientes, la burocracia es lo que es, una bestia hambrienta de fotocopias compulsadas y certificados varios (lo tuvo más fácil Indiana Jones con el Arca perdida que yo con todo el papeleo).
¿Cómo puede nadie pedir los contratos de los últimos 4 o 6 años? No saben que vivimos en un momento en que si logras un trabajo por obra y servicio por un par de meses te has de considerar afortunado. Últimas nóminas, certificados de empresa... Después de unos cuantos días de viajes varios, visitas a la Oficina de Empleo, llamadas a tu antigua empresa... el sonriente funcionario te da un papelito y te dice: "Ya está". ¡¡¿YA ESTÁ?!! No sé, después de tan épica aventura esperaba algo más... música orquestal, escampar cava a presión por toda la oficina, un par de azafatas con un ramo de flores... pero nada. Te vas, llegas a casa, te sientas y te preguntas... ¿Y ahora qué?
Sí, comprensivo lector, el que suscribe ha pasado a engrosar las listas que unos partidos políticos se lanzan a la cabeza a otros cual fulgurante obús tierra-aire. Pero no se preocupe, como Ignorante pero curioso aprovecharé para describirle los trámites, sensaciones y anécdotas que alguien en mi estado debe vivir.
En primer lugar déjeme disculparme por el olvido en que este humilde blog ha sido archivado, pero si empieza a conocerme sabrá que soy hombre de extremos, desecho los grises. Lo que trato torpemente de decirle es que he pasado del blanco inmaculado del pluriempleo al desesperante negro del paro... perdón, del desempleo.
Lo primero que como buen desempleado hay que hacer es cumplir con todos los trámites para ingresar en este cada vez más abarrotado club, y aunque siempre me he encontrado con unos funcionarios comprensivos y eficientes, la burocracia es lo que es, una bestia hambrienta de fotocopias compulsadas y certificados varios (lo tuvo más fácil Indiana Jones con el Arca perdida que yo con todo el papeleo).
¿Cómo puede nadie pedir los contratos de los últimos 4 o 6 años? No saben que vivimos en un momento en que si logras un trabajo por obra y servicio por un par de meses te has de considerar afortunado. Últimas nóminas, certificados de empresa... Después de unos cuantos días de viajes varios, visitas a la Oficina de Empleo, llamadas a tu antigua empresa... el sonriente funcionario te da un papelito y te dice: "Ya está". ¡¡¿YA ESTÁ?!! No sé, después de tan épica aventura esperaba algo más... música orquestal, escampar cava a presión por toda la oficina, un par de azafatas con un ramo de flores... pero nada. Te vas, llegas a casa, te sientas y te preguntas... ¿Y ahora qué?
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