miércoles, 12 de noviembre de 2008

Diario de un Parado (II)

Déjeme ocupado lector que comparta una verdad indiscutible con usted: El desempleo es como los Donettes; te salen amigos (y familiares) por todas partes.
Cuando se deja un horario, una rutina, unas actividades repetidas durante días, semanas, meses o años, uno se replantea muchas cosas, porque al estar ocupado haces las cosas cuando puedes, pero con la "libertad" de horarios del desempleado uno se plantea muchas cosas...
"Si voy a comprar a esta hora encontraré menos gente", "Puedo ir al banco de camino al otro sitio y así gano tiempo", "Si dejo haciéndose la comida aprovecho y hago lo otro"... y de esta manera uno economiza el tiempo de manera asombrosa...
Y este es el problema, que uno estará "parado" pero no "quieto", pero los allegados no comparten esta visión, y le aseguro que no hay nada que más rabia dé que alguien diga: "Ahora que tienes tiempo podrías ayudarme a..." o "Ahora que no haces nada por qué no me acompañas a..."... ¿QUE NO HAGO NADA?
Ahora que "tengo tiempo" me ocupo de poner al día todos los asuntos personales y domésticos (que si la ITV,bancos, obras, compras, líos vecinales...), sin contar con los trámites por los que uno ha pasado y debe pasar y lo más importante: LA BÚSQUEDA DE EMPLEO.
Pero eso, amigo... eso es otra historia
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