Una de mis aficiones de las que nunca les he hablado es la música. A pesar de apreciar muchos estilos e intérpretes (como habrán podido comprobar si son seguidores del Tema del día), me quedo con los años 70, y si me apuran más, con el Blues.
Durante unos años me tomé mi afición por la guitarra algo más en serio y recibí clases de André Tonelli, esperando repetir, y aunque durante meses la guitarra me ha mirado triste desde un rincón reprochándome el olvido, vuelvo a acariciarla en los pocos momentos que me permiten mis nuevas actividades.
De hecho deberían saber que durante mucho tiempo fui infiel a este Blog, al menos a la hora de repartir mi tiempo e inspiración. El Alter Ego del Ignorante se desenvolvía con soltura escribiendo en Doce Compases, dedicado al mundo del Blues y la flora y fauna que lo rodea. Pero este desdoblamiento de identidad me estaba llevando por un extraño sendero de apatía que me hizo perder el interés por uno y por otro, así que voy a unirlos mediante esta serie de entradas englobadas bajo el título A Tortas con el Blues.
En ellas pretendo hacerles partícipes de mis éxitos (escasos) y mis fracasos (numerosos) en el hermoso mundo de los doce compases. Quiero pensar que tal vez sirva a alguien con la misma afición a la hora de recomendar libros, ejercicios o artistas. Y si por casualidad hay algún guitarrista frustado... sepa que no está solo.