jueves, 8 de abril de 2010

Un disgusto más...

Recordará amigo lector que durante este año tengo el dudoso honor de ejercer de presidente de la comunidad... bien, precisamente hace unos días pensaba que estaba siendo un mandato muy tranquilo... hasta ayer.


Sobre las 21:30 me disponía a zamparme tres deliciosos Bikinis preparados con hambre y cariño, de esos que rezuman queso fundido y están bien doraditos por ambos lados. Saboreaba el primer bocado cuando escuché en la calle un golpe enorme seguido de gritos. No soy nada cotilla, así que pensé que sería otra pelea u otro grupo de adolescentes ruidosos, así que seguí con mi frugal cena. Empecé a preocuparme cuando entre los gritos distinguí la voz de una de mis vecinas, así que me asomé al balcón, y ahí estaba la muchacha dando voces. Al alzar la vista y encontrarme empezó a señalar calle abajo y a gritar: -¡Han sido ellos, han roto la puerta!


MIERDA, ya me han liado.




Bajé corriendo y me explicó que un par de energúmenos que se estaban peleando unos metros más allá habían golpeado la puerta de entrada (sospeché que estaba rota al ver el suelo lleno de cristales y un enorme agujero en el marco...). Sabrá querido lector que soy de naturaleza cobarde y avestrucenca, pero demasiadas veces me han tomado el pelo por no alzar la voz, así que simulando una seguridad que no poseía ni de lejos me acerqué a los dos becerros que se iban dando empujones. Al llegar a unos metros, y como si les fuera a preguntar la hora les dije:



-hola, perdonad...


Dicho esto uno de ellos me mandó a la mierda (supongo) en su idioma, mientras el otro me devolvió el saludo. Vi que el gritón iba beodo hasta las trancas, mientras que el otro parecía estar en un estado más o menos sobrio, así que me dirigí a él.


-¿Habéis sido vosotros los de la puerta?
-Sí, tranquilo, no pasa nada.
-¿Cómo que no pasa nada? Alguien tendrá que arreglarlo


El becerro beodo se puso a gritarme a dos palmos de la cara, mientras su amigo trataba de calmarlo disculpándose por él...


-No le hagas caso...
-No, si no quiero saber qué dice, ya me lo imagino, estoy hablando contigo para ver cómo arreglamos esto, lo que hagáis después me da lo mismo.
-Tranquilo, mañana se le pasa y cuando piense lo que ha hecho lo arreglará
-¿Sois del barrio?
-Sí, sí, al lado mismo
-Vale, pues si lo queréis solucionar por las buenas picadme mañana al 2º2ª.
-Vale amigo, y perdona.


Después el becerro Nº1 me tendió la mano... y el becerro beodo hizo lo mismo, pasando de acordarse de mis progenitores a decirme: -Gracias amigo.


Tan becerros eran que sabiendo que la policía estaba de camino se quedaron ahí mismo, discutiendo. Me quedé en la puerta de la calle con un par de vecinas, comentando la jugada. A los 10 minutos los dos becerros deshicieron lo andado pasando a nuestro lado, y como si nos conociéramos de toda la vida nos desearon buenas noches con una gran sonrisa... y cuatro latas de cerveza.


Poco después llegaron los Mossos, muy profesionales y amables, para hacer el informe. Como presidente fui yo quien debió rellenar los papeles (mientras Coco, mi perro, intentaba violar a uno de ellos). No he de decirles que me costó coger el sueño...


Para hacerles un resumen de la mañana se lo expondré en forma de lista:
-Preguntar a una vecina el número de teléfono del presidente de la escalera de los becerros.
-Ir vecino por vecino preguntando si querían llamar al seguro o arriesgarnos pagarlo nosotros si los becerros se hacían el sueco.
-Buscar un cristalero, pedir presupuesto, presentarlo a los vecinos (uno a uno), dar el Ok, ir al banco y dar la paga y señal.
-Visitar al presidente de la finca colindante, llamar a la puerta de los becerros (no estaban en casa), dejarles una nota con un amigable ultimátum.

Hace un par de horas se han presentado en mi casa dos mujeres con cara de miedo, enseñándome la nota. 
-¿Sabéis lo que pasó ayer?
-Sí
-¿Fueron vuestras parejas?
-Sí
-Vale mirad, están arreglando el cristal y el dinero lo he tenido que poner yo, son 100€ y los quiero esta misma tarde.
-Vale, ahora lo traigo, y perdona mucho (no es una errata, así lo ha dicho)

A los 10 minutos se ha presentado con dos bonitos billetes de 50€, y yo le he enseñado la factura del cristal reparado.
-Me dice mi marido que tú me des papel…
-Sí claro, mira
-No no, tu me lo das, que él quiere ver si son 100€
¡LA MADRE QUE LO PARIÓ!... resulta que el becerro no se fiaba de mí.
La mujer (que lo suyo debe tener la pobrecilla) se ha ido a hacer una fotocopia y de nuevo ha pedido disculpas. No me he podido callar
-Es tu marido el que se ha de disculpar, que le ha salido cara la borrachera.

... y este ha sido mi día. ¿Durará la paz?...  ¿y la puerta?

Este episodio ha hecho que me decida a abrir una nueva etiqueta de Posts que hace tiempo quería convertir en un Blog independiente, porque ante todos los problemas, faltas de respeto y agresiones que nos llegan sin buscarlas lo único que nos queda es el derecho al pataleo. Amigo lector, ha nacido
PENSAMIENTOS DE UN MISÁNTROPO (muy pronto en el Blog)

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