Es una tradición Yanki que da el pistoletazo de salida a la carrera de las Navidades: buenas acciones, buenos deseos y perdón... ¿se lo creen? Bueno, aquí sería fácil caer en la demagogia y el discurso fácil, pensando en los graves fallos judiciales en algunos casos de los E.U.A., y si viajamos a países en conflicto lo del pavo ya parece una broma de mal gusto. Pero insisto que no es el motivo de estas lineas.
Lo que quisiera saber en primer lugar es si el que le ha puesto nombre al Pavo (Courage=Valor) es el mismo cerebrito que pone nombres a las misiones internacionales u operativos militares (ya saben: Libertad duradera, tormenta del desierto,...). ¿Quién llama "Valor" a un Pavo? Llámalo Moquete, o GuriGuri o algo así...¡AH! Y el Pavo y su señora Carolina (¡!) viajarán a Disneyland para ser las estrellas del desfile de acción de gracias. ¿Qué pensará Mickey Mouse de este robo de protagonismo? Así es como tratan a sus veteranos.
El caso es que me pregunto qué debería pasar para que en España saliese Zapatero (o el que haya en cada momento) para indultar un toro en las fiestas de San Isidro. Llegados a este punto me he de declarar abierta y totalmente antitaurino. Siempre he pensado que el avance o bienestar de una sociedad se mide tomando como barómetro la forma de conducir y el trato que se da a los animales. Sobre lo primero hablaré en otro momento, pero sobre lo segundo dejamos mucho que desear. Pro y AntiTaurinos jamás se pondrán de acuerdo, igual que dos personas que discutan si un cuadro de Malevich es arte o no. Igual que un bruto que durante las fiestas de su pueblo tira una cabra desde el campanario, prende fuego a las astas de un toro o arranca la cabeza a un ganso dirá que es tradición. ¡Una abominación! eso es. Durante décadas se han protegido y mejorado los derechos de los niños, las mujeres, los trabajadores... reflejo de una sociedad sana, pero en este país hace falta ponernos al día en temas medioambientales y sobretodo de maltrato animal, en fiestas y fuera de ellas. Refugios cada vez más abarrotados de animales cuyos dueños ya no tienen tiempo que dedicarles, falta de interés y ayudas de la administración a estos centros, cretinos que creen que su perro es una máquina de pelea, vendedores que hacen lo que sea para colar un animal sin dar consejos a los nuevos propietarios, compras impulsivas de animales exóticos...
¿Y hacia dónde nos lleva esto? Hacia atrás. De vez en cuando se amenaza con subir las multas a quien abandone a un animal... ¿y al que asesine a otro en una plaza abarrotada se le aplaude? La España del sol y sombra, el puro, el palillo y el "¡OLEEEEE!" debe desaparecer.
Durante años he trabajado para la empresa que gestiona la popular plaza de toros Monumental de Barcelona, y lo que me explicaban los compañeros que ahí trabajaban era para echarse las manos a la cabeza: turistas desmayados, japoneses llorando, reclamaciones por un espectáculo inhumano y deleznable... y luego van en metro y les roban la cartera. Spain is different.
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Para que los únicos toreros que existan estén sobre un televisor...